Una oficial de la Policía Federal Argentina (PFA) mató a tiros a su expareja dentro de un departamento ubicado en Cachimayo al 130. La Justicia analiza si la mujer actuó en legítima defensa.
El incidente salió a la luz cerca de las 5 de la mañana, cuando vecinos alertaron al 911 tras escuchar varios disparos.
Cuando los policías llegaron al lugar, encontraron a la agente —de 31 años e integrante de la División Sustracción de Automotores— herida en el muslo izquierdo por un disparo. En la vivienda también estaba su expareja, ya sin vida, con dos impactos en el pecho.
A pocos metros del cuerpo había una pistola Bersa, el arma reglamentaria de la uniformada. En una habitación aparte se encontraban las hijas de la pareja, de 4 y 6 años, quienes resultaron ilesas.
Según las primeras pericias, la mujer había denunciado al hombre por violencia de género en junio del año pasado, motivo por el cual él tenía una restricción perimetral y ella contaba con un botón antipánico. La pareja estaba separada desde hacía seis meses y la oficial se había mudado al domicilio donde ocurrió el hecho.
Otro dato relevante surgió durante el procedimiento: solo había un juego de llaves en la vivienda, lo que podría indicar que el encuentro estaba acordado de antemano. Sin embargo, también se halló un cuchillo escondido entre las prendas del fallecido.
La mujer fue atendida primero en el Hospital Durand y luego trasladada al Hospital Churruca, donde fue operada por la herida. Además, se le realizó un dermotest, que dio positivo y confirmó que fue ella quien efectuó los disparos.
La causa quedó en manos de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Nº 8, mientras que la División Homicidios lleva adelante las medidas para establecer con precisión cómo se desarrolló la secuencia de los hechos.
